Dr. Merino-Beas, Patricio

Este artículo plantea que, en el actual proceso sinodal de la iglesia, sobre todo, en el desarrollo de la Primera Asamblea Eclesial de América Latina y El Caribe, existe una novedad metodológica en el proceso de discernimiento de los signos de los tiempos. Esta novedad introduce de mejor manera la participación del Pueblo de Dios en dicho discernimiento, caracterizado como proceso de escucha. Plasmando de manera concreta el sentido de fe de los fieles en el ejercicio de la sinodalidad y la comunión de la Iglesia. Este proceso de escucha, a su vez, implica un enriquecimiento de la perspectiva eclesiológica respecto de los procesos anteriores de discernimiento que han sido muy cristocéntricos, asumiendo ahora con más fuerza el protagonismo del Espíritu Santo, en lo que se ha venido denominando un desborde del Espíritu.

Este artículo destaca la relación entre sinodalidad y ecumenismo, además, de la necesidad de la formación del Pueblo de Dios. Pero, sobre todo, nos centramos en las posibilidades de la formación ecuménica, que igualmente contribuye a la formación sinodal.  Para ello, analizaremos algunas ideas de documentos que relacionan sinodalidad y ecumenismo. Tales como, Comisión Teológica Internacional: “La sinodalidad en la vida y la misión de la Iglesia” (2018). También, el “Vademécum Ecuménico” del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos (2020); y el “Informe de Síntesis” de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos en su Primera Sesión (2023). Luego nos centramos en la presentación de un instrumento importante para la formación ecuménica, como lo es el libro aparecido recientemente titulado: Caminar Juntos: Manual de Ecumenismo (2023). Todo con la finalidad de llamar la atención de la vigencia del diálogo ecuménico en el cristianismo católico involucrado en procesos que lleven a una Iglesia más sinodal.