El efecto retroactivo no borra todos los efectos del acto o contrato nulo, sino sólo sus efectos jurídicos; no así los hechos materiales que derivan del cumplimiento de las obligaciones que de él emanan, los que caen bajo la ley de las restituciones. Éstas no son una consecuencia necesaria de la nulidad, lo que amerita precisar su verdadero fundamento. El ámbito de la nulidad y de las restituciones suele confundirse, dada la calidad de efecto consustancial que se le asigna a éstas, sin que lleguen a originar una acción independiente. No obstante, ambas instituciones tienen su particular fundamento y su propio objetivo, lo que no significa que no se encuentren vinculadas.