La formación inicial docente es una etapa caracterizada por la instalación de competencias generales y específicas indispensables para un buen ejercicio profesional. Estas competencias buscan, a su vez, el desarrollo de aprendizajes basados en la reflexión, la colaboración y la adecuación a distintas realidades educativas. En esta búsqueda, una de las estrategias importantes es el Aprendizaje y Servicio, una metodología de enseñanza que posibilita la aplicación del conocimiento en contextos reales y la satisfacción de una necesidad sentida de la comunidad. En este escenario, el presente estudio tuvo como objetivo analizar las implicaciones de las actividades de Aprendizaje y Servicio en la adquisición de habilidades claves para el fortalecimiento de la formación docente. La investigación se desarrolló bajo un enfoque cualitativo de naturaleza descriptiva, utilizando un diseño sustentado en el estudio de casos múltiples y una muestra no probabilística intencionada, compuesta por 40 futuros docentes de educación básica. Los datos fueron recopilados mediante observación participante y un cuestionario, cuyo foco estuvo en las interacciones, dinámicas grupales y la reflexión sistemática. El análisis, basado en la codificación abierta y selectiva, permitió identificar categorías que articulan las prácticas pedagógicas con habilidades sociales y emociones. Los principales hallazgos destacan la importancia del aprendizaje-servicio como una estrategia para el desarrollo de habilidades sociales relevantes para la formación profesional. Este impacto se vincula con sentimientos positivos, como el enriquecimiento personal, la satisfacción y el compromiso social, lo que refuerza la preparación del profesorado para el mundo laboral.